Microplásticos y cosmética: ¿Qué impactos tiene?
Los microplásticos se encuentran en la mayoría de medios acuíferos. La particularidad de los microplásticos es que no se ven a simple vista, puesto que son minúsculos, y por lo tanto es una contaminación, aparentemente, invisible. Se calcula que podemos encontrar hasta 4.000 partículas por metro cúbico según se extrae de un estudio del científico Peter Ross[1], del Acuario de Vancouver, partiendo de un muestreo al estrechado de Georgia.
Estas pequeñas partículas de plástico que acaban en el mar, inician el recorrido en los desagües de los hogares. Surgen de infinidad de productos que los contienen y la gran parte son cosméticos y productos de limpieza. En general, las depuradoras y las capturas de agua no filtran estos microplásticos, cosa que convierte esta contaminación en un grave problema, puesto que no hay mecanismos para poder depurar el agua.
Fruto de la carencia de tecnología en microfiltrado (necesaria para poder atrapar estas partículas) los mares y océanos están repletos de plásticos. Unos microplásticos que se introducen en la cadena trófica, puesto que los animales los consideran alimento dentro del ecosistema marino. No sólo se ven afectado los animales acuáticos sino también las aves marinas ingieren microplásticos de forma habitual. Según un estudio de la Academia Nacional de Ciencias de los EE.UU., muchas aves se ven gravemente afectadas e incluso pierden la vida debido a la ingesta de residuos plásticos, ya sea por obstrucción en el sistema digestivo como por envenenamiento. Igual de alarmante es su introducción en la cadena trófica y como nos puede llegar a tocar nuestra salud pública, ya sea con el agua de boca como con la ingesta de animales que contienen en sus tejidos o órganos microplásticos.
Microplásticos en cosméticos
Los jabones exfoliantes, la pasta de dientes, cremas, hielos o aceites de baño son los productos que más microplásticos traen. Muchos golpes no podemos apreciar estas micropartículas, pero otros golpes se nos presentan como pequeños elementos granulados o burbujas dentro de los productos. Esta será una característica a tener en cuenta para saber si el producto trae microplásticos. Normalmente estos microplásticos son derivados de procesos refinados del petróleo y tienen que estar indicados en el etiquetado del producto. Básicamente son Polipropilenos (PPGy PP), Polietilenos (PE), Policarbonatos (PC), Nilón (PA) o Poliéster (PES), entre otros muchos. Al aplicar estos productos, las micropartículas pueden penetrar la piel y pueden quedarse en nuestro organismo.
Ante este incremento del uso de microplásticos en productos cotidianos de higiene, organismos internacionales ya están poniendo freno a su producción. Naciones Unidas, por ejemplo, está instando en los gobiernos para que regulen el uso de los microplásticos y la Comisión Europea también está estudiando una regulación en este sentido. Algunos países como el Reino Unido, Francia, Estados Unidos o Nueva Zelanda ya han aplicado la prohibición gradual del uso de los microplásticos a partir de 2018.
Pero además de la posible regulación de estos productos que contienen microplásticos, en el ámbito de consumo se pueden evitar estos priorizando los que no contienen microplásticos. La mejor opción es utilizar cosmética y productos de higiene personal con certificados ecológicos como Ecocert, Natrue, BioVidasana, BDIH, etc. Estos certificados no utilizan microplásticos y normalmente sustituyen los elementos exfoliantes por partículas naturales y biodegradables como las semillas.
[1]http://www.vancouversun.com/technology/Waters+coast+awash+plastic+particles+says+head+ocean+pollution+program+with+video/9520815/story.html
