¿Qué es la economía circular?


El aprovechamiento de recursos y la eficiencia del uso siempre han estado presentes, adoptando varias formas, en la mayoría de sociedades. Pero de mediados de siglo XX hasta ahora, el capitalismo y el modelo productivo lineal que abandera, basado en la alta productividad y consumo de mercado, han provocado graves impactos. A raíz de la más que evidente crisis planetaria que comporta este modelo en el ámbito medioambiental, de contaminación y de escasez de los recursos naturales a escala global, ha surgido con fuerza la economía circular. Un nuevo modelo que plantea retos y cambios, no sólo en el ámbito productivo, sino también en los hábitos de consumo que quedaron olvidados con la entrada de este modelo neoliberal.
Actualmente, desde las administraciones ya están viendo la urgencia de aplicar otras medidas y prácticas para incorporar una perspectiva ambientalista que permita reducir los impactos. En este sentido, podemos empezar a ver, tímidamente, políticas públicas basadas en una economía circular aplicadas en el urbanismo, en la gestión de los residuos o en la gestión de los recursos energéticos. Pero estas prácticas y este cambio de modelo son lentos y hay que hacer mucho camino todavía para que haya un vuelco a todos los niveles, capaz de concebir una solución a medio y largo plazo, al grave desequilibrio ambiental que hemos generado.
Principios de la economía circular
El concepto de economía circular (CE) fue planteado por los economistas ambientales británicos David W. Pearce y R. Kerry Turner el 1989 con el trabajo "Economics of Natural Resources and the Environment". Se trata de un modelo económico que se centra en el aprovechamiento de los recursos en uno o más procesos circulares. Para decirlo en otras palabras, este modelo se contrapone al modelo lineal imperante del "producir-consumir-tirar" para pasar a generar un ciclo que se retroalimenta, donde la reducción, la reutilización y el reciclaje son los elementos clave. Por lo tanto, este modelo pretende generar los menos residuos de rechazo posibles y la menor huella ecológica, mientras que se maximiza el aprovechamiento de recursos. De hecho, una de las premisas es concebir el residuo como propio recurso.
Los principios básicos de la economía circular los podríamos resumir en siete puntos:
1. Reutilización: La lógica es el máximo reaprovechamiento y por lo tanto la reutilización de productos o partes de estos, ya sea dando más usos al mismo producto o por la elaboración otros productos.
2. Reparación: Reparar y aplicar un mantenimiento para alargar el ciclo de vida de los productos o bien encontrar una segunda vida o segundo uso en los productos estropeados.
4. Ecodiseño: Pensar el producto para que genere los menos residuos posibles con el menor impacto ambiental y que éste pueda ser fácilmente reutilizado, reparado o reciclado, entre otras premisas.
5. Economía de la funcionalidad: Promoción de una economía basada en el uso del producto, tratado como servicio, más allá de su propia materialidad. Esto permite que haya más durabilidad, un alargamiento del ciclo de vida, más aprovechamiento de los recursos energéticos y más posibilidad de reparación de los productos.
6. Energías renovables: Promover el uso de energías renovables en el proceso de fabricación, reutilización y reciclaje.
7. Ecología industrial y territorial: Modelo de organización industrial basado en parámetro de proximidad territorial, con una gestión optimizada de los stocks, el flujo de material, los recursos energéticos y los servicios empleados.
Divergencias dentro del ámbito ecologista
La economía circular se podría situar dentro del ámbito de la economía ambientalista. En términos muy simples y generales, ésta se caracteriza por una economía que estudia corregir las externalidades ambientales negativas, proponiendo soluciones generalmente tecnológicas y de reorganización. Busca la optimización de los recursos naturales generando la contaminación mínima para conseguir la productividad deseada. De hecho, con la aplicación de la economía circular se readaptaría la productividad e incluso se calcula que se podrían crear muchos nuevos puestos de trabajo, según informes elaborados por la Comunidad Europea de fomento a la Economía Circular.
Dentro del ámbito ecologista, se apunta a que esta perspectiva ambientalista no cuestiona la lógica mercantilista del crecimiento productivo sino que se readapta a las limitaciones naturales. Desde este posicionamiento se aboga por la economía ecológica que se plantea como un campo trans-disciplinario que cuestiona la relación entre los ecosistemas naturales y el sistema económico. Por lo tanto, la economía ecológica se centra también en demostrar la inviabilidad del actual sistema de mercado y crecimiento económico dentro de un marco neoliberal que choca continuamente con los límites del sistema natural y desarrollo socio-ambiental, entendido éste, en términos de justicia social. Además esta perspectiva, también presenta alternativas incorporando otros conceptos excluidos del sistema de mercado como el trabajo reproductivo y de curas (extraídas de la economía feminista), motores básicos por la reproducción del sistema social.
En este sentido, desde la propuesta ecologista habría que implementar la economía circular con otros parámetros y medidas para poder generar una transformación económica y social con profundidad que nos permitan andar hacia una "sostenibilidad fuerte".